8 de enero de 2012

Vos no perdés nada

Quizás nunca palpés con ternura una cicatriz...

Parece que no has aprendido a entregar por entregar. Así, sin esperar una llamada de vuelta, un beso, una presencia: un cuerpo que se compagine al tuyo.
Por eso dejaré de escribir tu nombre en mis hojas amarillas. Yo pierdo una ilusión, el espejismo de un amor que nació de proyecciones erróneas sobre un hombre que ahora anhelo arrojar por la ventana del olvido. Como mi historia con vos nunca empezó y en consideración con tu miopía, te diré lo que has perdido —olvidálo más tarde, es que ahora me sangra el corazón—:

Te perdés del misterio que esconden mis ojos.
Te perdés de las epifanías que hay tras mis silencios.
Vos te perdés mis caricias, esas que cargadas de ternura y pasión son capaces de estremecer a las inertes y sólidas piedras.
Te perdés mis contradicciones; los atardeceres de mis ojos miel.

Y al final, vos no te perdés de nada, porque vos te has enamorado, pero no sabés qué es el amor. 
Le Papillon  ღ ¸




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